Soluciones de encofrado industrializado: dos fases vs monolítico


En la actualidad, encontramos dos principales soluciones o maneras de resolver el encofrado de procesos constructivos industrializados: sistemas de encofrado en dos fases y sistemas monolíticos. A continuación, analizamos las diferencias entre estos dos tipos de encofrado para entender cual de los dos nos permite optimizar mejor todos los procesos.

Comparamos en profundidad el encofrado industrializado en dos fases con los sistemas monolíticos, destacando cómo el primero puede transformar radicalmente la gestión de este tipo de proyectos al elevar los niveles de calidad, reducir los tiempos de ejecución y mejorar la seguridad en obra.

En este artículo, intentaremos resolver el eterno debate sobre que sistema de encofrado escoger para nuestro proyecto de industrializado

Diferentes soluciones de encofrado industrializado

En la construcción, la elección entre el sistema en dos fases o el monolítico puede influir significativamente en el resultado del proyecto. A continuación describimos en qué consiste cada uno de estos sistemas y en qué se diferencian:



Sistemas de encofrado en dos fases

Los sistemas de encofrado en dos fases separan el encofrado de losas y muros en etapas distintas dentro de un mismo circuito de actividad. Este enfoque permite adaptar técnicas y materiales a las necesidades específicas de cada elemento, obteniendo un mayor control y precisión en la construcción.



Sistemas de encofrado monolítico

Los sistemas de encofrado monolíticos son una técnica de construcción en la cual se utilizan moldes o encofrados para vaciar hormigón en una sola operación continua, creando una estructura completa o parte de ella de forma monolítica, es decir, sin juntas o interrupciones. Estos sistemas permiten la construcción simultánea de muros y losas.

Encofrado con sistema en dos fases
Encofrado con sistema monolítico

Ventajas del sistema de encofrado en dos fases vs sistemas monolíticos

Control y precisión: Al separar los procesos, se mejora el control sobre la calidad del trabajo, permitiendo verificar plomos y alineamientos en muros y garantizando los niveles específicos en losa.


Gestión del tiempo: La separación de etapas permite que los muros y las losas estén listos en horarios estratégicos, facilitando un avance más fluido del proyecto.


Reducción de riesgos: Al trabajar cada elemento de forma independiente, se minimizan riesgos gracias a que las áreas de trabajo son más fácilmente accesibles y controlables.


Mayor productividad: Al contar con las losas separadas de los muros la gestión de actividades aumenta, ya que se pueden usar herramientas de traslado de módulos con torre grúa. 


Mayor adaptabilidad: La separación de procesos facilita realizar ajustes en obra sin afectar el cronograma general. Además permite realizar ajustes sin incurrir en piezas especiales.

Encofrado industrializado de torre con el sistema de muros STENulp

Caso práctico: comparativa de sistemas en cifras

Rendimiento de los sistemas

El sistema en dos fases permite un mejor aprovechamiento de los recursos en obra lo que facilita que equipos más pequeño de trabajo logren una mayor productividad por obrero, aprovechando mejor los recursos humanos. La separación de tareas en este sistema facilita el avance continuo del trabajo desde temprano en la jornada, lo que mejora la eficiencia general del proyecto. En contraste, el sistema monolítico, al combinar todas las operaciones en una sola fase, puede enfrentar desafíos en la gestión del tiempo, lo que puede causar demoras. Además, la simultaneidad de actividades de armado de muro y losa, puede aumentar la probabilidad de errores y complicaciones.



Mantenimiento y durabilidad

El sistema en dos fases facilita el cuidado del equipo lo que garantiza un mantenimiento que otorga mayor vida útil debido a la separación de las etapas y los componentes específicos utilizados para los muros y las losas. esta atención al detalle puede aumentar la durabilidad de la estructura final, ya que permite realizar inspecciones más detalladas y reparaciones en fases específicas sin afectar al conjunto.


Por otro lado, el sistema monolítico, al combinar todas las operaciones en una sola, genera mayor atención a detalles específicos debido a que al ser un equipo que trabaja en conjunto la novedad que se presenta en el muro afecta a la losa y viceversa, esto también significa que cualquier fallo o desgaste afecta a toda la estructura simultáneamente.



Maniobrabilidad y eficacia

El sistema en dos fases destaca por su alta maniobrabilidad, lo que facilita el acceso y la ejecución de las tareas. La separación de las etapas permite una distribución más ordenada de los recursos y del personal, lo que se traduce en un entorno de trabajo más fluido y eficiente.


Además, este sistema es superior al monolítico en cuanto a la utilización de la torre grúa, ya que la menor congestión en el sitio permite su operación con mayor facilidad y precisión. Esto no solo mejora la organización del trabajo, sino que también optimiza el uso de equipos pesados y minimiza los riesgos asociados al manejo de grandes cargas.


En contraste, el sistema monolítico presenta una dinámica más desordenada. Al combinar todas las operaciones en una sola etapa, se genera un entorno de trabajo más congestionado, con todos los trabajadores concentrados en el mismo espacio y un uso intensivo de recursos simultáneamente.